Un medio para acceder a la mente a través del cuerpo.
El yoga no es solo una práctica física: es una vía para acceder a la mente a través del cuerpo. Para muchas personas, sentarse a meditar puede resultar complicado o incluso inalcanzable. En cambio, realizar una secuencia de posturas con intención y presencia es una forma sencilla y poderosa de entrar en un estado de calma y conexión, sin necesidad de creer en nada en particular.
Dentro de la tradición del yoga, las asanas —posturas físicas— tienen un papel fundamental. No solo trabajan a nivel muscular y orgánico, también influyen en el plano energético, mental y emocional. Cada postura genera una alineación específica que favorece el equilibrio interno, desbloquea tensiones y despierta la conciencia corporal.
Diseñar una práctica adecuada no es algo genérico ni automático. Solo un maestro o maestra con formación puede adaptar las posturas a las necesidades, capacidades y momentos vitales de cada persona. Estas adaptaciones reflejan la verdadera esencia del yoga: la unión, entendida como un proceso personal de transformación, equilibrio y conexión entre cuerpo, mente y espíritu.
Las asanas de pie son fundamentales en la práctica de yoga, ya que ayudan a construir fuerza, estabilidad y equilibrio desde el principio. Si quieres profundizar en este tipo de posturas, te recomendamos visitar nuestro artículo dedicado exclusivamente a las posturas de pie en yoga, donde explicamos cada una en detalle y cómo practicarlas correctamente.

Postura de la montaña

Postura de la Palmera Oscilante

Postura de torsión de columna

Postura del Ángulo Recto

Postura del ángulo doble

Postura del triángulo

Postura del guerrero I

Postura del guerrero II

Postura del ángulo lateral

Postura de la silla

Postura de cabeza a la rodilla

Postura de las manos a los pies

Postura de la corona

Postura de la pinza

Postura del sauce

Postura de la pinza sentada

Postura de la pinza sentada

Postura de la cobra

Postura del arco

Postura del medio puente

Postura de la rueda

Postura del camello

Postura del pez

Postura del tigre

Postura del cachorro estirado

Postura del gato

La postura del saltamontes

Postura del oso en equilibrio

La postura del saltamontes

Postura del abdomen girado

Postura de la tierra

Postura del árbol

Postura de una pierna levantada

Postura del águila

Postura del bailarín

Postura del cuervo

Postura del barco

Postura de la tabla

Postura del oso en equilibrio

Postura del medio loto atado con flexión al frente

Postura del canguro extendido

Postura del perro boca abajo

Postura de la vela en yoga

Postura del arado

Postura de la parada de cabeza

Postura sobre la cabeza

Postura de la pluma del pavo real

Postura del placer

Postura de piernas cruzadas

Postura de diamante

Postura del loto

Postura de la devoción

Postura de la guirnalda

Postura de la mariposa

Postura del cadáver

Postura de la plancha
- Para qué sirven las asanas -
- Conoce su verdadero objetivo -
Nuestro maestro y director de programas en Kavaalya, Prashant Pandey, nos habla de algo muy importante que todos debemos conocer antes de iniciarnos en la práctica del yoga: el origen y el verdadero objetivo del yoga. Es necesario que tengamos estos puntos siempre presentes.
- Playlist Asanas -
Los asanas son posturas que nos ayudan a preparar el cuerpo físico para mantenernos en un estado de quietud, meditando, sin molestias o distracciones. En esta playlist te explicamos cómo realizar algunas de las posturas de yoga más significativas paso a paso.
- Descubre el poder del movimiento, la calma y la diversión -
El yoga es una práctica maravillosa para los niños, ya que no solo mejora su flexibilidad y coordinación, sino que también les ayuda a calmarse, concentrarse y conectar con sus emociones. A través del juego y el movimiento, los más pequeños descubren cómo habitar su cuerpo con alegría, confianza y atención plena.
En esta sección encontrarás posturas de yoga especialmente pensadas para niños: divertidas, seguras y adaptadas a su ritmo. Cada postura les invita a explorar formas, imitar animales o elementos de la naturaleza, y sobre todo, a disfrutar del momento presente. ¡Una forma hermosa de sembrar bienestar desde temprana edad!

Postura del árbol

Postura del perro boca abajo

Postura del gato-vaca

Postura del cadaver
El tiempo ideal para mantener una postura de yoga depende del tipo de práctica y de tu nivel de experiencia. En estilos dinámicos como Vinyasa o Ashtanga, las posturas suelen mantenerse entre 5 y 10 respiraciones. En prácticas más suaves o restaurativas, como Yin Yoga, puedes sostenerlas entre 3 y 5 minutos, e incluso más si el objetivo es liberar tensiones profundas.
Lo más importante es escuchar tu cuerpo. Si una postura se siente estable, cómoda y puedes respirar con fluidez, puedes quedarte un poco más. Si empieza a haber incomodidad o tensión innecesaria, es momento de soltar. No hay un tiempo exacto que funcione para todos: cada cuerpo tiene su ritmo.
Con el tiempo y la práctica, aprenderás a identificar cuánto es suficiente para ti. Y recuerda, mantener la calidad de la respiración es más importante que contar segundos. Yoga no se trata de aguantar, sino de habitar el momento con conciencia.
¡Buena pregunta! En teoría, hay más de 84.000 posturas de yoga, una cifra simbólica que representa la vastedad de esta práctica. Sin embargo, en la práctica moderna se enseñan unas 200 posturas principales, y de esas, unas 20 a 30 forman la base de la mayoría de las clases. Cada una tiene múltiples variaciones y niveles, lo que permite que la práctica se adapte a todos los cuerpos y momentos.
No necesitas aprenderlas todas para disfrutar del yoga. Con unas cuantas posturas bien aprendidas, ya puedes construir una rutina completa y significativa. La clave está en la calidad, no en la cantidad. Aprender poco a poco, con atención y respeto por tus límites, es más valioso que intentar dominarlas todas.
Además, muchas posturas comparten fundamentos similares: lo que aprendes en una se refleja en muchas otras. Si te interesa conocer cómo se aplican estas posturas en las diferentes prácticas, puedes echarle un vistazo a nuestro artículo sobre los tipos de yoga. Así entenderás mejor cómo cada estilo combina y adapta las posturas según sus objetivos.
Las posturas de yoga, llamadas “asanas”, no son solo movimientos físicos: cada una tiene un significado simbólico y energético. Algunas representan animales o elementos de la naturaleza, como el Perro Boca Abajo o el Árbol, y nos invitan a conectar con esas cualidades: estabilidad, fuerza, flexibilidad o fluidez. Otras tienen raíces más espirituales y están diseñadas para estimular centros energéticos (chakras) o equilibrar emociones.
Cada postura también tiene un propósito a nivel físico, mental y emocional. No es solo estirarse: es una forma de autoexploración y conexión interior. A través del cuerpo, el yoga nos ayuda a trabajar la paciencia, la humildad, la confianza o la concentración. Lo que vives en la esterilla se refleja muchas veces en tu vida cotidiana.
En resumen, las posturas son como puertas hacia una experiencia más profunda. No importa si una postura se ve perfecta, lo importante es lo que despierta en ti. El yoga empieza en el cuerpo, pero se queda en el corazón.
La postura más difícil de yoga puede variar según la persona, pero una de las más desafiantes y conocidas es Sirsasana o la parada de cabeza. Requiere no solo fuerza en el core y los hombros, sino también equilibrio, control de la respiración y una buena dosis de calma mental. No es solo una cuestión física: también implica superar el miedo a caerse y confiar en ti.
Otras posturas avanzadas, como Mayurasana (el pavo real), Eka Pada Galavasana (postura del cuervo volador) o Hanumanasana (el split completo), también son consideradas difíciles por su nivel de exigencia física y técnica. Pero lo cierto es que la postura más difícil es aquella en la que tu mente quiere rendirse. A veces, quedarse quieto en Savasana puede ser más retador que una inversión.
En yoga no hay trofeos por lograr posturas complejas. Lo más valiente es escuchar tu cuerpo y practicar con humildad y constancia. Cada quien tiene su Everest personal en el mat, y está perfecto así.
Existen muchas posturas de yoga perfectas para quienes están dando sus primeros pasos en la práctica. Algunas de las más recomendadas son la postura del niño (Balasana), la montaña (Tadasana), el perro boca abajo (Adho Mukha Svanasana) y el gato-vaca (Marjaryasana-Bitilasana). Estas posturas ayudan a despertar el cuerpo, mejorar la respiración y desarrollar conciencia corporal sin exigir demasiado.
Lo ideal al comenzar es enfocarse en posturas simples pero efectivas, que te permitan construir una base sólida sin forzar ni compararte. El objetivo no es hacerlas “perfectas”, sino entender cómo se siente cada una en tu cuerpo. La práctica desde el respeto y la curiosidad es clave.
Si quieres una guía más completa con imágenes y explicaciones paso a paso, te invitamos a leer nuestro artículo sobre yoga para principiantes en el blog.