El acroyoga es mucho más que una disciplina física. Es una combinación de yoga, acrobacia y conexión que te reta a salir de tu zona de confort. Te ayuda a fortalecer el cuerpo, mejorar la confianza y crear vínculos auténticos con los demás.
No necesitas ser un atleta para empezar. El acroyoga es una práctica inclusiva y divertida, donde el trabajo en equipo y la comunicación son clave. Aprendes a confiar, a soltar el control y a disfrutar del movimiento en un espacio seguro y lleno de energía positiva.
El origen del acro yoga
Aunque no hay un único fundador del acro yoga, su historia se remonta a los años 30, cuando el maestro T. Krishnamacharya fue grabado practicando con un niño posturas de vuelo y estiramientos. Desde entonces, esta disciplina ha evolucionado con influencias de diferentes maestros.
En los años 80, Benjamin Marantz desarrolló la Terapia de Inversión Acro Sage, incorporando posturas de vuelo invertidas y masaje. Ken Nateshvar Scott llevó el Contact Yoga a una dimensión más social, transformando la práctica en una experiencia compartida.
En 1999, Eugene Poku y Jessie Goldberg fundaron AcroYoga Montreal (AYM), fusionando yoga, acrobacia y danza. Luego, en 2003, Jason Nemer y Jenny Sauer-Klein crearon AcroYoga International (AYI), estableciendo una estructura más definida y expandiendo la disciplina globalmente.
La práctica del acro yoga y sus roles
El acro yoga es un juego de equilibrio y conexión, donde cada persona cumple un rol fundamental. No se trata solo de fuerza o flexibilidad, sino de trabajo en equipo y comunicación para crear posturas fluidas y seguras.
Existen tres roles principales:
- Base: Es quien sostiene al volador. Su estabilidad y control son clave para mantener las posturas y transiciones. La base suele estar en contacto con el suelo, usando piernas y brazos como puntos de apoyo.
- Volador: Es quien se eleva y fluye en el aire. No necesita fuerza extrema, sino equilibrio, control corporal y confianza en su base. Se mueve con fluidez, explorando diferentes posturas en el aire.
- Cuidador o Spotter: Es quien garantiza la seguridad de la práctica. Su tarea es observar, corregir y evitar caídas, asegurándose de que la base y el volador mantengan una alineación correcta.
Cada rol es esencial y todos pueden experimentar los tres. El acro yoga no es cuestión de fuerza, sino de sincronización y confianza. Con práctica, cualquier persona puede encontrar su lugar y disfrutar de esta experiencia única.
Primeros pasos en el acro yoga: consejos para iniciarte
Si quieres probar acro yoga, lo más importante es empezar con una mente abierta y ganas de divertirte. No necesitas experiencia previa, solo disposición para confiar, comunicarte y explorar el movimiento de una forma diferente. Aquí van algunos consejos clave:
- Encuentra un compañero: Puedes practicar con un amigo, pareja o unirte a una comunidad. La confianza y la comunicación son fundamentales en esta disciplina.
- Empieza con posturas básicas: No intentes hacer figuras avanzadas desde el primer día. Posturas como “Bird” o “Throne” son ideales para aprender alineación y equilibrio.
- Usa un cuidador (spotter): Tener a alguien que supervise y corrija es clave para la seguridad. Su rol es guiar y evitar caídas mientras aprendes nuevas transiciones.
- Escucha a tu cuerpo: No fuerces movimientos. La progresión es natural y cada persona tiene su ritmo. El control y la técnica son más importantes que la fuerza.
- Practica en un espacio seguro: Usa colchonetas o césped para evitar golpes. Un entorno cómodo y libre de obstáculos hará que te sientas más confiado.
- La comunicación es clave: Hablar con tu compañero durante la práctica mejora la coordinación y evita malentendidos. Usa palabras claras para indicar comodidad o ajustes necesarios.
- Disfruta y sé paciente: El acro yoga es un proceso. Algunas posturas pueden salir rápido, otras tomarán más tiempo. Lo importante es disfrutar el viaje y celebrar cada avance.
Con estos consejos, ¡ya tienes todo para dar tu primer paso en el mundo del acro yoga!
Beneficios del acro yoga
El acro yoga no solo es una práctica física, sino una experiencia que transforma la manera en que te relacionas contigo mismo y con los demás. Más allá de la fuerza y la flexibilidad, desarrolla habilidades como la confianza, la comunicación y el trabajo en equipo.
A nivel físico, mejora el equilibrio, fortalece los músculos y aumenta la movilidad. Al combinar yoga y acrobacia, activa grupos musculares que quizás nunca antes habías trabajado. Además, al practicar en el aire, el cuerpo aprende a moverse con más control y estabilidad.
En el plano mental, desafía miedos y creencias limitantes. Con cada postura, aprendes a confiar, a soltar el control y a estar presente. La conexión con el compañero es clave, ya que sin comunicación y sincronización, la práctica simplemente no fluye.
Pero lo más valioso es la conexión humana. Cada sesión es un espacio de juego y exploración, donde dos o más personas aprenden a sostenerse y apoyarse mutuamente. Es una práctica que rompe barreras, fomenta la empatía y nos recuerda lo poderoso que es confiar en otro.
Posturas básicas del acro yoga
Cada figura es un desafío físico y mental que requiere sincronización y conexión con tu compañero. Desde posiciones estáticas hasta transiciones dinámicas, estas posturas son la base para explorar el movimiento en el aire.
Ballena (Whale)
Aquí, el volador se apoya de espaldas sobre los pies de la base, con los brazos extendidos hacia los lados. Es una postura terapéutica que abre el pecho y mejora la flexibilidad de la espalda.
Throne (Trono)
El volador se sienta sobre los pies de la base, con las rodillas flexionadas y la espalda recta, como si estuviera en una silla en el aire. Es una postura estable y perfecta para empezar a trabajar el equilibrio.
Tablón delantero (Front Plank)
En esta posición, el volador se mantiene alineado boca abajo, con las manos en las de la base, mientras sus pies descansan sobre los pies de la base. Es una postura que ayuda a desarrollar equilibrio, fuerza y confianza, sirviendo como punto de partida para muchas transiciones.
Pájaro delantero
Es la postura más conocida y el punto de partida para muchas transiciones. El volador se apoya con su abdomen en los pies de la base, manteniendo el cuerpo alineado y extendido, como si estuviera volando.
Folded Leaf (Hoja plegada)
El volador se apoya con el abdomen sobre los pies de la base y deja caer su cuerpo relajadamente hacia adelante. Es una postura terapéutica que ayuda a estirar la espalda y liberar tensiones.