¿Sabías que tu cuerpo también puede expresar confianza y apertura a través del movimiento? Pūrvottānāsana es una de esas posturas que nos invita a abrir el pecho, fortalecer el cuerpo y proyectar nuestra energía hacia adelante.
Esta postura también es conocida como la Postura de la Mesa o Plancha hacia Arriba. Aunque su apariencia es sencilla, practicarla con atención nos conecta con la energía vital y el poder de sostenernos con ligereza y estabilidad.
En sánscrito, pūrva significa “este” (el lado del cuerpo que mira al amanecer) y uttāna significa “estiramiento intenso”. Es un estiramiento profundo de la parte frontal del cuerpo, que también fortalece la parte posterior y cultiva una sensación de confianza y expansión.
¿Qué es Pūrvottānāsana?
Pūrvottānāsana es una postura de yoga que combina fuerza, flexibilidad y apertura. Al levantar el cuerpo hacia el cielo, creamos un puente entre la estabilidad de la tierra y la expansión del espacio, cultivando tanto el poder interno como la capacidad de soltar.
En la práctica moderna, también se le llama Postura de la Mesa o Plancha hacia Arriba, ya que la figura que se dibuja con el cuerpo recuerda a una mesa con sus cuatro apoyos firmes. Es ideal para contrarrestar las posturas encorvadas que solemos adoptar en el día a día.
Más allá del aspecto físico, Pūrvottānāsana simboliza una actitud de apertura al mundo y de confianza en uno mismo. Elevar el pecho y mirar hacia el horizonte nos invita a mantenernos presentes y receptivos, tanto en la esterilla como en la vida.
Beneficios de Pūrvottānāsana
Practicar Pūrvottānāsana aporta una combinación poderosa de fuerza y flexibilidad. Al activar todo el cuerpo, esta postura fortalece especialmente los brazos, muñecas, piernas y espalda, mientras abre profundamente el pecho y los hombros.
Este estiramiento frontal contrarresta los efectos de pasar mucho tiempo encorvados, ya sea frente al ordenador o al conducir. Al abrir el pecho y alargar el abdomen, mejora la respiración y estimula una sensación de energía renovada.
A nivel mental y emocional, Pūrvottānāsana invita a cultivar una actitud de confianza y apertura. Elevar el corazón hacia el cielo refuerza nuestra capacidad de afrontar los retos con una postura firme y un espíritu positivo.
Cómo practicar Pūrvottānāsana paso a paso
Comienza sentado en tu esterilla, con las piernas estiradas hacia adelante y las manos apoyadas detrás de las caderas, con los dedos apuntando hacia los pies. Asegúrate de que las palmas estén bien enraizadas y que los hombros estén abiertos.
Presiona con fuerza las manos y los pies contra el suelo. Al inhalar, activa el abdomen y eleva las caderas hacia el techo. Deja que el pecho se abra naturalmente y lleva la mirada suavemente hacia atrás o hacia el frente, según tu comodidad.
Mantén la postura durante unas 3 a 5 respiraciones profundas. Al exhalar, desciende lentamente las caderas hacia el suelo. Recuerda moverte con consciencia, respetando siempre tus límites personales y cuidando tus muñecas y lumbar.
Modificaciones y variaciones de Pūrvottānāsana
Si eres principiante o sientes molestias en las muñecas o en los hombros, puedes practicar la Postura de la Mesa (Ardha Pūrvottānāsana). En esta variación, mantén las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, elevando solo las caderas y el pecho.
Otra opción es realizar la postura con un bloque de yoga bajo las manos o los pies, lo que reduce la presión en las muñecas y facilita la elevación. También puedes mantener una ligera flexión en los codos si sientes que necesitas más espacio en los hombros.
Para los practicantes más avanzados, prueba a estirar completamente las piernas y activar intensamente los muslos y los glúteos. Eleva el pecho aún más y dirige la mirada hacia el espacio detrás de ti, manteniendo siempre una respiración profunda y fluida.
Integra Pūrvottānāsana en tu práctica de yoga
Pūrvottānāsana es ideal para incluirla después de posturas de flexión hacia adelante o de trabajo intenso de core. Ofrece un hermoso contraste que ayuda a abrir el pecho y a equilibrar la energía de la práctica.
Puedes usarla como un puente energético antes de entrar en una secuencia de posturas de apertura de corazón, o como preparación para posturas más avanzadas de extensión de columna. También funciona muy bien como un momento de reconexión en tu práctica.
Recuerda que más allá del plano físico, Pūrvottānāsana nos enseña a practicar la confianza y la apertura en el cuerpo y en la mente. La próxima vez que la practiques, siente cómo elevas no solo el cuerpo, sino también tu energía y tu espíritu.
